ANTES
Mientras observaban aquel tierno
momento, oyeron unas voces a lo lejos. Seraphine y Vainille se miraron: “Ya
están aquí”. Se giraron y vieron a Raydon que caminaba junto a Luffus.
–Hacía mucho tiempo que no veíamos a
Luffus –comentó Vainille.
–Oí hace tiempo que se había casado
con una mujer de otro país.
Los dos soldados volvieron con las
armaduras muy maltrechas; parecía como si volviesen del mismísimo infierno.
Cuando ya estaban a pocos metros, la pequeña pasó corriendo al lado de las
jóvenes gritando: “¡Papi!” y se dirigió directamente hacia Luffus. Éste, en
cuanto vio a su pequeña, soltó todos los pertrechos que cargaba y se agachó
para abrazarla. En cuanto la tuvo en sus brazos, se puso en pie, giró la cabeza
y comentó algo a Raydon, quien afirmó con la cabeza al tiempo que la cría
abrazaba a su padre y le saludaba de forma enérgica. Seraphine y Vainille se aproximaron
y saludaron a los dos viajeros. Luffus empezó a hablar:
–Amigos, perdonad que interrumpa
este momento, pero quiero presentaros a mi esposa Yuri y a mi hija Galiana. Las
dos mujeres más importantes de mi vida.
–Tranquilo. Después de todo, hemos
recorrido un largo camino para poder reunirnos con ellas, ¿verdad? –contestó
Raydon a la par que le rodeaba los hombros con un brazo. A su vez, miró a
Vainille; sus miradas se cruzaron y la joven se ruborizó.
“Fue
en ese momento cuando lo supe”, pensó Seraphine sin apartar la vista de la
ventana.ANTES
Cuando contemplaban
aquel tierno momento, oyeron unas voces a lo lejos. Seraphine y Vainille se
miraron: “Ya están aquí”. Se giraron y vieron a Raydon, que caminaba junto a
Luffus. Ambos soldados estaban empapados y con las armaduras muy maltrechas;
parecía como si volviesen del mismísimo infierno. Cuando ya estaban a pocos
metros, la pequeña pasó corriendo al lado de las jóvenes gritando: “¡Papi!”, y se
dirigió directamente hacia Luffus. Éste, en cuanto vio a su pequeña, soltó
todos los pertrechos que cargaba y se agachó para abrazarla. En cuanto la tuvo
en sus brazos, se puso en pie, giró la cabeza y comentó algo a Raydon, quien
afirmó con la cabeza al tiempo que la cría abrazaba a su padre y le saludaba de
forma enérgica. Seraphine y Vainille se aproximaron y saludaron a los dos viajeros.
Luffus empezó a hablar:
–Amigos,
perdonad que interrumpa este momento, pero quiero presentaros a mi esposa Yuri
y a mi hija Galiana, las dos mujeres más importantes de mi vida.
La dama de
cabellos dorados saludó con una amplia sonrisa.
–Tranquilo –dijo
el caballero dejando su pesada mochila en el suelo –. Después de todo, hemos
recorrido un largo camino para poder reunirnos con ellas, ¿verdad? –prosiguió
cruzando la mirada con Vainille, quien se ruborizó.
“Fue en ese momento cuando lo supe”, pensó Seraphine sin apartar la
vista de la ventana.Como podéis comprobar, una primera corrección sirve para depurar los errores ortográficos y gramaticales, pero si al cabo del tiempo lo volvéis a leer, el estilo de escritura mejora.