domingo, 15 de junio de 2014

La labor de la corrección: muestra de texto real

Aquí os adelanto un fragmento de una novela del escritor con el que colaboro y esperamos que se publique a medio-largo plazo. La primera parte es el resultado de un primer repaso y la segunda es el mismo fragmento tras dos revisiones.

ANTES
Mientras observaban aquel tierno momento, oyeron unas voces a lo lejos. Seraphine y Vainille se miraron: “Ya están aquí”. Se giraron y vieron a Raydon que caminaba junto a Luffus.
–Hacía mucho tiempo que no veíamos a Luffus –comentó Vainille.
–Oí hace tiempo que se había casado con una mujer de otro país.
Los dos soldados volvieron con las armaduras muy maltrechas; parecía como si volviesen del mismísimo infierno. Cuando ya estaban a pocos metros, la pequeña pasó corriendo al lado de las jóvenes gritando: “¡Papi!” y se dirigió directamente hacia Luffus. Éste, en cuanto vio a su pequeña, soltó todos los pertrechos que cargaba y se agachó para abrazarla. En cuanto la tuvo en sus brazos, se puso en pie, giró la cabeza y comentó algo a Raydon, quien afirmó con la cabeza al tiempo que la cría abrazaba a su padre y le saludaba de forma enérgica. Seraphine y Vainille se aproximaron y saludaron a los dos viajeros. Luffus empezó a hablar:
–Amigos, perdonad que interrumpa este momento, pero quiero presentaros a mi esposa Yuri y a mi hija Galiana. Las dos mujeres más importantes de mi vida.
–Tranquilo. Después de todo, hemos recorrido un largo camino para poder reunirnos con ellas, ¿verdad? –contestó Raydon a la par que le rodeaba los hombros con un brazo. A su vez, miró a Vainille; sus miradas se cruzaron y la joven se ruborizó.
“Fue en ese momento cuando lo supe”, pensó Seraphine sin apartar la vista de la ventana.

ANTES
Cuando contemplaban aquel tierno momento, oyeron unas voces a lo lejos. Seraphine y Vainille se miraron: “Ya están aquí”. Se giraron y vieron a Raydon, que caminaba junto a Luffus. Ambos soldados estaban empapados y con las armaduras muy maltrechas; parecía como si volviesen del mismísimo infierno. Cuando ya estaban a pocos metros, la pequeña pasó corriendo al lado de las jóvenes gritando: “¡Papi!”, y se dirigió directamente hacia Luffus. Éste, en cuanto vio a su pequeña, soltó todos los pertrechos que cargaba y se agachó para abrazarla. En cuanto la tuvo en sus brazos, se puso en pie, giró la cabeza y comentó algo a Raydon, quien afirmó con la cabeza al tiempo que la cría abrazaba a su padre y le saludaba de forma enérgica. Seraphine y Vainille se aproximaron y saludaron a los dos viajeros. Luffus empezó a hablar:
–Amigos, perdonad que interrumpa este momento, pero quiero presentaros a mi esposa Yuri y a mi hija Galiana, las dos mujeres más importantes de mi vida.
La dama de cabellos dorados saludó con una amplia sonrisa.
–Tranquilo –dijo el caballero dejando su pesada mochila en el suelo –. Después de todo, hemos recorrido un largo camino para poder reunirnos con ellas, ¿verdad? –prosiguió cruzando la mirada con Vainille, quien se ruborizó.
“Fue en ese momento cuando lo supe”, pensó Seraphine sin apartar la vista de la ventana.

Como podéis comprobar, una primera corrección sirve para depurar los errores ortográficos y gramaticales, pero si al cabo del tiempo lo volvéis a leer, el estilo de escritura mejora.