La competencia desleal en nuestro sector no es algo nuevo. Tampoco es reciente el hecho de que las editoriales tiben la cuerda de las tarifas con tal de saber hasta dónde pueden llegar para así quedarse con quien le salga más económico, pero parece que no se dan cuenta de que, si una persona trabaja muchas horas por una miseria, no rendirá tan bien como alguien que tiene una buena motivación económica. Esto lo estamos viendo cada día, pero esta decisión de Penguin es un síntoma claro como un grano en la cara de un adolescente acneico de que estamos en una época en que ya no importa la calidad, sino ahorrarse unos eurillos.
Podemos trasladar este ejemplo a algo tan cotidiano como, por ejemplo, la ropa. Mucha gente la compra barata por no invertir en vestimenta de mejor calidad, pero al final se le acaba rompiendo al poco de usarla, y tienen que comprar otra prenda, lo que significa que, a la larga, se acaba gastando lo mismo que la cara o quizá más.
Reflexionemos qué futuro queremos para nuestra profesión y cómo podemos solucionarlo; está en nuestras manos.
Si queréis más información del tema, el enlace de la Asociación Colegial de Escritores es la siguiente:
http://www.ace-traductores.org/taxonomy/term/45