Hace poco leyendo un post de un grupo de traducción hablaban sobre la conciencia y la traducción; es decir, de si nos habíamos encontrado en alguna situación en la cual nos habíamos negado a aceptar un encargo por principios personales. Y eso me ha llevado a pensar : ¿dónde se encuentra el límite?
Hasta ahora no me he topado con este tipo de situaciones, pero sí que he conocido intérpretes que se han tragado sus ideas por algún trabajo. Reconocen que lo han pasado mal cuando han trasmitido ciertos mensajes, pero al fin y al cabo eso les da de comer. Pero mi pregunta es: ¿cuánto tenemos que aguantar por un poco de dinero?
Mi respuesta más lógica es: depende de la situación personal. Si nos podemos permitir rechazar un encargo que choca con nuestros principios, significa que la cosa nos va de maravilla y tenemos el lujo de poder escoger. Sin embargo, en este punto influiría si tenemos cargas familiares o si tenemos la profesionalidad suficiente como para hacer bien nuestro trabajo sin que se vea afectado, consciente o inconscientemente.
Y vosotros/as, ¿qué pensáis? ¿Habéis trabajado en algo que no os ha gustado por motivos económicos, sea o no del campo de la traducción? ¿Cómo lo habéis vivido?
¡Feliz semana!