jueves, 25 de octubre de 2012

La interpretación: el reto del contrarreloj

En mi corta experiencia como traductora, sólo he trabajado como intérprete una vez. Fue en setiembre de 2009 y me llamaron a las nueve de la mañana de una agencia de traducción (cuyo nombre se ha resbalado casualmente de mi memoria) para cubrir una interpretación de enlace inglés-español, pues la persona que iba a ir les había fallado.


En aquel momento me embargó la ilusión de tener un trabajo relacionado con lo que había estudiado; había enviado muchísimos currículums a agencia y empresas, sin resultado alguno. Acepté, y fue cuando me dieron la primera sorpresa: era ese mismo día a las 11 del mediodía, en una dirección lejana y no me dieron tiempo a prepararme nada: sólo me dijeron que era una reunión.



En vista que apenas tenía tiempo, salí corriendo como pude. El resultado fue: una de las partes (que era la que yo representaba) llegó tarde y la reunión fue en una cafetería en donde no les dio tiempo a servirnos el café, pues el encuentro duró 20 minutos. Eso sí, el pago por parte de la agencia fue puntual y correcto.



La conclusión y el consejo que quiero dar a quien estas líneas y sea colega de profesión es que no pidáis encargos imposibles, aunque sea uno de los primeros que os ofrezcan cuando os hayáis licenciado. A veces no vale la pena correr por un hueso medio roído y esperar a que venga uno con un buen trozo de carne.

miércoles, 17 de octubre de 2012

La traducción inversa: esa gran desconocida (al menos para mí)

Contrariamente a lo que suele pasar con los estudiantes de traducción, empecé con mis pinitos de traductora en el 2009, con el encargo de un proyecto que en aquel entonces me pareció épico: una traducción inversa (en otras palabras, una traducción de español a inglés). Cuando empecé con este proyecto no me sentí capaz de hacerlo, pero sin esfuerzo no se llega a la cima de la montaña.

El resultado del proyecto fue muy positivo, y eso para una novata es algo que le otorga confianza. Unos pocos años más tarde, se me ofreció traducir una novela al inglés; eso ya era un encargo de otras dimensiones. De repente me di cuenta de que no podría conseguir un producto de buena calidad sin la ayuda de un corrector nativo; por ese motivo, recomendaría que, si alguna vez os atrevéis a traducir de vuestra lengua materna a otra, contratéis a un corrector de dicha lengua para que quede lo más natural posible. De esta manera, también colaboraréis a que un colega de profesión tenga un encargo, aunque sea de corrección.

Bienvenido/a a "Reflexiones de una traductora"


Quién soy y cómo he llegado hasta aquí

Bienvenidos/as a mi blog. Ésta es la sección en la cual escribiré mis reflexiones y experiencias en el mundo de la traducción.

Mi primera entrada es, por supuesto, mi presentación oficial. Aunque todavía no trabajo como autónoma a pesar de haberme licenciado en el año 2010, no me he quedado parada. He compaginado otros trabajos a jornada completa con encargo pequeñitos que, aunque no me dieron para vivir la bohemia vida de traductora, me han ayudado a adquirir experiencia tanto a la hora de trabajar como negociar (un punto muy importante que ya explicaré en otra entrada).

Mi sueño, por supuesto, es trabajar de lo que me gusta, pero granito a granito se hace una playa.