En el momento en que decidimos empezar un proceso creativo, ya sea una traducción o una revisión, uno de los elementos más básicos es crear un ambiente en el cual nos sintamos relajados y nos ayude a inspirarnos. Ya sea un despacho silencioso o una habitación con música, ha de ser un entorno en donde nos sintamos productivos/as.
Y en este tema influye absolutamente todo: la silla, la mesa, la disposición del ordenador, la luz natural... Cuando nos diponemos a trabajar, es vital utilizar toda nuestra capacidad creativa, sin que se vea interrumpida porque el asiento nos produce dolor de espalda o porque el silencio nos resulta incómodo.
Otro punto que creo que también hay que tener en cuenta es tener bebida a mano para no estar levantándonos constantemente y, debido a esto, perder el ritmo (me pasó las primeras veces). Sé que suena tan obvio que podéis sentiros insultados/as, pero cuando os sentéis y, al cabo del rato, estéis sedientos/as y digáis: "Oh, tengo que levantarme", sabréis que tenía razón.