Me gustaría dedicar esta entrada a una herramienta que he descubierto recientemente gracias a mis proyectos como correctora: los diccionarios de sinónimos.
En los encargos de traducción que me han ido encomendando no me ha sido necesario ya que, al ser textos técnicos o médicos, usar la misma correspondencia en español era un punto clave. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de las correcciones: las repeticiones de la misma acepción puede ralentizar la lectura y, por lo tanto, no tener el impacto deseado. Aparte, el español es una de las lenguas más ricas en lo que a vocabulario se refiere, así que, ¿por qué no jugar con las palabras?
Lo que sí hay que tener en cuenta es que el término que deseamos sustituir y el sinónimo, a pesar de su significado son parecidos, siempre tienen matices que los distinguen. Por eso, un elemento fundamental es saber seleccionar los vocablos.
Aunque puede parecer un poco pedante que explique esto tan básico, es una piedrecita que me he encontrado durante mis trabajos de corrección y revisión, por lo que he preferido decirlo en esta entrada para aquellas personas que también se topen con esta dificultad en algún momento.